AVENTURA de inicio de PATHFINDER 2 Beginner Box, con los amigos del CLUB ARS LÚDICA. Sesión 04: La cripta del sarcófago de piedra

Hola amig@s de albinusrol, hoy continuamos nuestra serie de entradas dedicadas a la aventura de la caja de inicio del juego de rol PATHFINDER 2, que he podido disfrutar de forma online, junto a mis compañeros del CLUB ARS LÚDICA; Paco "Telmo", Miguel, Alberto y Diego. Me gustaría compartir con tod@s vosotr@s el resumen de cada sesión de esta aventura: MENACE UNDER OTARI (Amenaza bajo Otari).



En nuestro CLUB ARS LÚDICA se ha jugado durante años a Pathfinder y hemos disfrutado de míticas sendas de aventuras como: El auge de los señores de las runasForjador de Reyes o La Calavera de la Serpiente. Así que cuando nuestro compañero Diego se ofreció a dirigir de forma online la Aventura de la caja de inicio Menace under Otari, no dudé en apuntarme.

Pathfinder está ambientado en Golarion, un mundo de fantasía épica que ofrece todo tipo de culturas y paisajes. En un pasado remoto, un gran cataclismo conocido como La Gran Caída estuvo a punto de destruir la vida en el planeta y cambió por completo su geografía hundiendo continentes y formando nuevos mares a la vez que destruía todas sus civilizaciones. El mundo tardó siglos en reconstruirse y aún más tiempo antes de que la sociedad se recuperara.


Si queréis más información sobre el juego, no dudéis en pasaros por la página de DEVIR, que ha sido la editorial encargada de traducirlo al castellano.


El CLUB ARS LÚDICA se enorgullece de presentaros la aventura: 

JUEGO DE ROL

PATHFINDER 2

AVENTURA

Menace Under Otari

DIRIGIDA POR: 

Diego

 PROTAGONIZADA POR:

Kyra 
Paco "Telmo"

Merisiel
Miguel

Ezren
Alberto

Valeros
Julio "Albinus"



Resumen de la sesión

La mediana Tamily Tanderveil ofreció dos pociones de curación a los héroes, para que continuasen investigando los subterráneos bajo el pueblo de Otari. Su expresión mostraba signos de inquietud, ya que aunque el problema con las ratas de su sótano estaba resuelto, no tenía idea de que otras criaturas habían ocupado el subsuelo, además de los kobolds.


Los héroes avanzaron desde el sótano de la pescadería hasta la barricada construida con madera de balsa, que dejaron sin investigar cuando pasaron por allí la primera vez. Merisiel comprobó de forma meticulosa que no había trampas y tras asentir a sus compañeros con la cabeza, Valeros arrastró la barricada produciendo un sonido molesto y crispante.

 —¡Estás loco! —exclamó Kyra frunciendo el ceño. 

Todos permanecieron en silencio unos instantes, esperando escuchar algún ruido de posibles enemigos. Sin embargo, no se oyó ningún sonido extraño.


Valeros guio a la expedición por el estrecho corredor de la caverna, que serpentea hacia abajo, terminando en una antigua bóveda funeraria iluminada por una singular antorcha con una llama azul. Cinco nichos se alineaban en las paredes, cada uno de los cuales contenía un ataúd de madera podrida, mientras que en el centro de la habitación sobre una plataforma se apreciaba un ornamentado sarcófago de mármol liso de forma rectangular con las esquinas curvadas. En la tapa, cubierta de polvo y telarañas, había un precioso grabado en plata de una rosa. 


Por desgracia, para los héroes, debido al ruido producido de arrastrar la barricada, cuatro esqueletos y un zombi salieron de los destartalados nichos con el objetivo de eliminar a todo ser sintiente. Los primeros vestían ropas hechas jirones y uno de ellos tenía restos de órganos en su cavidad torácica, mientras que otro destacaba por el parche que tapaba su vacía cuenca ocular. Por último, el zombi de piel grisácea, llena de magulladuras y ojos blancos, avanzaba con movimientos torpes emanando un putrefacto olor debido a la descomposición de su propio cuerpo.


Los muertos vivientes rodearon al guerrero, que se cubrió con su escudo para defenderse de los golpes de las espadas oxidadas. Con un ímpetu sobrenatural se abalanzaron sobre Valeros y dos estocadas atravesaron uno de sus muslos, haciéndole hincar la rodilla por el dolor. En un movimiento instintivo, consiguió levantar su escudo y detener en seco los últimos ataques. 

Merisiel lanzó sus cuchillos que se quedaron clavados en los viejos huesos de los monstruos, pero no consiguió frenarlos. Kyra, pronunció una plegaria a su diosa, canalizando su poder a través de sus manos para cerrar un poco las heridas cortantes de Valeros y reducir la energía oscura de sus enemigos. Ezren levantó su brazo y señaló hacia los muertos vivientes musitando unas palabras ininteligibles. De su mano salió disparado un rayo de fuerza hizo explotar a uno de los esqueletos, que estalló en pedazos que se clavaron en el guerrero y el resto de muertos vivientes. Por último, Valeros con su espada larga reventó dos esqueletos antes de levantar el escudo para detener unas manos huesudas que se dirigían a su garganta.


Merisiel, gracias a su agilidad, saltó por encima de los huesos de los caídos, esquivó al otro esqueleto y se situó tras el zombi, al que atacó con su espada corta atravesando su cuerpo, que cayó inerte en el suelo. Finalmente, Valeros destrozó al último esqueleto con un golpe contundente de su espada larga.

Los héroes observaron que había cinco nichos abiertos y el sarcófago de piedra, que permanecía cerrado. Kyra utilizó su conjuro de detectar magia y comprobó que la luz azulada era mágica. Provenía de una antorcha siempreardiente, que emitía luz, pero no calor y por supuesto siempre estaba encendida. 

Merisiel se acercó al sarcófago de piedra y tras una exhaustiva búsqueda de trampas, permitió que Kyra quitara la tapa del nicho. En el interior del ataúd se hallaban los restos de un difunto junto a un escudo pulido, que tenía tallado un león rugiente, que se podría vender por 50 piezas de oro en Otari.

Valeros, que aún sangraba por las heridas cortantes, se sentó en el suelo a descansar y decidió tomarse las dos pociones de curación que les había dado Tamily Tanderveil, mientras Kyra, Merisiel y Ezren investigaban la cripta para ver si podían descubrir la identidad del cadáver enterrado en el sarcófago de mármol. Por último, dedujeron que la tumba pertenecía a un antiguo noble adinerado y el resto de los nichos estaban destinados a sus sirvientes más leales.


Después de un breve descanso, deshicieron el camino y regresaron a la sala de audiencias, donde tras el trono de piedra encontraron una escalera. Los peldaños descendían en espiral hacia la profundidad de la tierra, antes de terminar en una cámara que parecía haber sido preparada con el objetivo de detener a los intrusos. En un lado de la estancia, había una mesa volcada para proporcionar cobertura, mientras que en el otro, las cajas y barriles apilados creaban una segunda trinchera. 

Allí, dos kobolds de piel verdosa vigilaban la escalera, y tanto los héroes como ellos se dieron cuenta de la presencia del resto.


Kyra, flanqueó la mesa volcada y se abalanzó sobre uno de los monstruos con su cimitarra, pero no consiguió impactar al escurridizo ser reptiliano. Merisiel saltó sobre uno de los barriles y lanzó tres cuchillos que se clavaron en el vientre de un kobold, que contraatacó con su ballesta, pero el virote salió muy desviado.

Ezren realizó con precisión unos movimientos estudiados y con la punta de sus dedos lanzó un rayo de hielo sobre los kobolds, lo que ralentizó su avance. Valeros entró en la sala y, tras flanquear unas cajas, llegó hasta el kobold que no estaba herido y clavó su espada en el brazo del monstruo. Kyra atravesó con su cimitarra a uno de ellos y Merisiel atacó con rapidez al otro, cortándole la garganta con su espada corta.


Espero que os guste nuestra aventura,

Un saludo a tod@s

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