Hola amig@s de albinusrol, hoy continuamos nuestra serie de entradas dedicadas a la aventura WATERDEEP: El Golpe de los Dragones para juego de rol DUNGEONS AND DRAGONS 5 Edición, que he podido disfrutar en línea, junto a mis compañeros de Albinusrol: Dani "Danpe", Diego "Dartica", Fede "Scarver" y DaniX. Me gustaría compartir con tod@s vosotr@s el resumen de las sesiones de esta campaña.
Dungeons & Dragons es uno de los juegos de rol más icónicos y populares a nivel mundial, en el que los jugadores interpretan personajes heroicos que exploran mundos fantásticos llenos de monstruos, tesoros y aventuras épicas. Utiliza un sistema de juego basado en el lanzamiento de dados de 20 caras (d20), combinado con modificadores que representan las habilidades y atributos de los personajes, determinando así el éxito o fracaso de las acciones de los personajes.
La aventura comienza con una sencilla tarea que pronto se convierte en algo mucho más complicado y peligroso, poniendo a los personajes en el centro de una lucha de poder entre algunas de las organizaciones más influyentes y peligrosas de Waterdeep. La trama permite explorar a fondo la ciudad, descubrir sus secretos y conocer a personajes carismáticos y complejos que pueden convertirse tanto en aliados valiosos como en peligrosos enemigos.
Los chicos de Albinusrol se enorgullecen de presentaros la campaña:
JUEGO DE ROL
DUNGEONS & DRAGONS
AVENTURA
Waterdeep: El Golpe de los Dragones
DIRIGIDA POR:
Julio "Albinus"
PROTAGONIZADA POR:
Flint "Rompecráneos"
DaniX
Grigor
Fede "Scarver"
Aodh
Dani "Danpe"
Sir Percival de Margaster
Diego "Dartica"
Si queréis más información sobre el juego, no dudéis en pasaros por la página de DUNGEONS & DRAGONS de Wizard of the Coast, que ha sido la editorial encargada de traducirlo al castellano.
Resumen de la sesión 0: Presentación de Aodh
Cuando tenía 75 años, junto a mis padres, mi hermana y otros elfos sombríos de Valleoculto cruzamos al plano material en busca de nuevas oportunidades. Sin embargo, el deseo de poder de mi padre pronto chocó con los principios de mi madre. En una noche que aún me atormenta, Aeric la asesinó, acusándola de traición por interferir en sus planes.
Mi hermana gemela, Wynne, nuestra amiga Euphraty y yo huimos esa misma noche. El fuego en los ojos de mi padre y la promesa de que nos encontraría para "redimirnos" fueron las últimas imágenes de nuestro hogar.
Llegamos a Womford, un lugar tranquilo en apariencia, con su molino girando al ritmo del río Dessarin y sus aldeanos ocupados en las cosechas y el comercio. Sin embargo, bajo esa fachada se escondía el miedo. El Culto de la Ola Aplastante había puesto sus ojos en el pueblo, utilizando a sus habitantes como una fuente de recursos. Robaban alimentos y materiales esenciales, dejando a los aldeanos con lo justo para sobrevivir.
Fue Euphraty quien primero se ganó la confianza de los aldeanos. Su disposición a ayudar sin esperar nada a cambio abrieron las puertas que yo no podía tocar. Mientras Wynne curaba a los enfermos, yo observaba y planeaba.
Una noche, lideré a un grupo de hombres y mujeres valientes en una emboscada contra uno de los transportes del culto. Era una misión peligrosa, pero necesaria. Con el poco equipo que teníamos y armas improvisadas, logramos interceptar una caravana que transportaba los recursos robados del pueblo. Fue la primera victoria de Womford.
El culto respondió rápidamente, enviando más sectarios para intimidarnos y recuperar su control sobre el pueblo. Junto con los aldeanos, preparé una trampa en el camino que llevaba al molino. Utilizamos el terreno a nuestro favor, cavando trincheras y preparando barricadas. Yo lideré la carga, enfrentándome a los jefes del culto mientras los aldeanos protegían sus hogares de los sectarios.
Aquella noche, Womford recuperó su libertad. Los aldeanos me llamaron su "Héroe", un título que nunca busqué, pero que acepté con humildad.
El amor en Womford
Cuando llegamos a Womford, Euphraty y yo, tuvimos un lugar donde no éramos solo refugiados de un pasado oscuro, sino parte de una comunidad. Ella se convirtió en una figura esencial para el pueblo, ayudando a los aldeanos con sus tareas y organizando festividades que devolvieron la alegría a un lugar que había perdido la esperanza. Su bondad y empatía conquistaron no solo a los aldeanos, sino también mi corazón.
Nuestra boda fue un día que tengo grabado a fuego en mi memoria. La celebración unió al pueblo entero, y por unas horas, las preocupaciones y los peligros desparecieron. Pero días más tarde, los rumores de piratas esclavistas que operaban en el río Dessarin nos devolvieron a la cruda realidad. Wynne descubrió la marca de nuestro padre en uno de los barcos. Aeric nunca permitiría que viviéramos en paz. Dejamos el pueblo en la oscuridad de la noche, llevando con nosotros los recuerdos de un lugar que por un breve tiempo fue nuestro hogar.
Actualmente, mi vida es modesta, pero llena de propósito. En Waterdeep, comparto una pequeña habitación en el templo de Kelemvor con Euphraty, mientras Wynne reside en los aposentos de las novicias. Nuestro día a día está dedicado al servicio: yo como aprendiz de la enana Diesa, en la herrería de Borin, y mi esposa y hermana atendiendo las necesidades espirituales y físicas de la comunidad.
La Noche de las Sombras y la Llama del Venganza
15 de Marpenot, hace dos años
El Día de los Dioses en Waterdeep siempre trae consigo un extraño aire de melancolía y celebración. Los templos abren sus puertas al público, y los ciudadanos, ricos y pobres, se mezclan en un mosaico de creencias, buscando consuelo, expiación o simple curiosidad. Ese año, la noche estaba despejada, y las hogueras encendidas en honor a las deidades iluminaban el cielo como estrellas caídas. En el templo de Kelemvor, donde mi esposa Euphraty y mi hermana Wynne servían con devoción, los rituales funerarios adquirían un significado especial. La muerte, después de todo, es la única certeza.
15 de Marpenot, hace dos años
El Día de los Dioses en Waterdeep siempre trae consigo un extraño aire de melancolía y celebración. Los templos abren sus puertas al público, y los ciudadanos, ricos y pobres, se mezclan en un mosaico de creencias, buscando consuelo, expiación o simple curiosidad. Ese año, la noche estaba despejada, y las hogueras encendidas en honor a las deidades iluminaban el cielo como estrellas caídas. En el templo de Kelemvor, donde mi esposa Euphraty y mi hermana Wynne servían con devoción, los rituales funerarios adquirían un significado especial. La muerte, después de todo, es la única certeza.
Estaba rezando en silencio, cuando un seguidor del templo me interrumpió, nervioso, susurrando que algo no andaba bien. Mi esposa estaba siendo acosada.
Al acercarme al atrio principal, lo vi: Lord Micael Silvershield, un noble del distrito marítimo, ebrio y descarado. Había fijado sus ojos en Euphraty, maravillado por su belleza. Se le acercó con palabras cargadas de arrogancia, intentando convencerla de que lo acompañara al mirador del distrito norte, donde la Caballería Grifo encendía una inmensa hoguera en honor a las deidades caídas y resucitadas. Euphraty, con su serenidad habitual, rechazó la invitación y volvió a su trabajo ayudando a los discapacitados a entrar al templo. Pero Micael no desistió.
Durante toda la noche, la interrumpió una y otra vez, tropezando con los cánticos y abrazándola sin su consentimiento. Cuando llegué, Euphraty estaba claramente incómoda, y los murmullos de los asistentes se mezclaban con las sonoras carcajadas del noble. Sin mediar palabra, me acerqué y le propiné un puñetazo. Micael me insultó, amenazándome con toda la furia de su linaje, pero al ver que los seguidores del templo lo rodeaban, decidió marcharse en su carruaje, gritando promesas de venganza.
Cuatro días después, Micael regresó, esta vez acompañado por tres rufianes. Entraron al templo exigiendo hablar con Euphraty, pero la hermana Ameli, la sacerdotisa de Kelemvor, se interpuso entre ellos. Con la voz firme, les advirtió que llamaría a los vigilantes si no se marchaban. El grupo, frustrado, abandonó el lugar lanzando insultos raciales contra los elfos y jurando que regresarían.
Dos días más tarde, Euphraty y yo regresábamos al templo tras un largo día de trabajo. La luna iluminaba las calles vacías, y la ciudad estaba tranquila, hasta que escuchamos pasos apresurados tras nosotros. Micael y sus matones nos habían seguido. Tres rufianes se abalanzaron sobre mí mientras Micael, con una sonrisa sádica, se acercaba a Euphraty.
Me defendí como pude, derribando a uno de ellos, pero los otros dos lograron sujetarme. Micael aprovechó la oportunidad para apuñalarme en el abdomen. Euphraty gritaba mientras Micael y uno de sus hombres la arrastraban hacia su carruaje. Sus uñas rasgaban el suelo, mientras los golpes en su rostro intentaban silenciar su llanto.
Por fortuna, los vecinos escucharon los gritos y llamaron a los vigilantes. Los silbatos resonaron en la distancia, y Micael, asustado, dejó a Euphraty en el suelo mientras escapaba en su carruaje. Los vigilantes arrestaron a los rufianes que no lograron huir, pero el noble quedó impune, protegido por su posición y su apellido.
Tres días después, Micael regresó, esta vez acompañado de más hombres. Los elfos sombríos de la comunidad y los seguidores de Kelemvor, conscientes de la amenaza, se unieron para proteger el templo. Cuando los rufianes intentaron entrar, se encontraron con una multitud que no estaba dispuesta a retroceder. Micael, furioso, gritó insultos antes de huir hacia un callejón.
Llevaba un rato oculto entre las cajas, observando cómo corría hacia la avenida principal. Cuando pasó junto a mí, le tendí una zancadilla, haciéndolo caer de bruces. Me lancé sobre él, y ambos forcejeamos en el suelo. Sus golpes eran torpes, desesperados. Entonces, sacó la daga que había usado contra mí días antes y trató de clavármela en el pecho. Pero esta vez, fui más rápido. Giré el arma contra él y la hundí en su torso. Esa noche, el mar reclamó lo que quedaba de Lord Micael Silvershield.
Pensé que la pesadilla había terminado, pero me equivoqué. Poco después, los Rajabolsas, un grupo de matones que se venden al mejor postor, comenzaron a merodear el templo. Sus insultos y agresiones son constantes, siempre rozando el límite para evitar la intervención de los vigilantes. Nos golpean, escupen y humillan, repitiendo con burla: "Por Lord Micael". Incluso los niños no están a salvo de su crueldad.
La hermana Ameli me dijo que alguien había matado a Lord Micael y su hermano mayor Lord Darius Silvershield sabía que Micael se había encaprichado de una elfa desde la fiesta del 15 de Marpenot. Según la sacerdotisa, que es de origen noble, su propia familia los Margaster tienen problemas con Lord Darius. Está claro que debo hacerme más fuerte para ayudar a mi comunidad y plantar cara al noble.
Mi fe en Kelemvor, el Señor de los Muertos, es el faro que guía mi vida. Sus enseñanzas sobre el equilibrio en la muerte y la lucha contra los no-muertos son la base de mi código como paladín.
Soy Aodh, hijo de la oscuridad, pero también su enemigo; un caminante en el filo del amanecer, siempre buscando el equilibrio entre lo que fui y lo que deseo ser.
Espero que os guste nuestra campaña,
Un saludo a tod@s
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