Campaña de DRAGON AGE en el club ARS LUDICA. Sesión 21 La noche de los perros demoniacos

Hola amig@s de albinusrol, hoy continuamos nuestra serie de entradas dedicadas a la Campaña del juego de rol DRAGON AGE, que estoy dirigiendo en el Club ARS LUDICA junto a mis amigos Dani "Danpe", Fede "Scarver", Francisco "Telmo" y Alejandro, donde quiero compartir con tod@s vosotr@s el resumen de cada sesión y mis técnicas e ideas que estoy utilizando para las partidas como director de juego.



 Preparación y dirección de la sesión

En primer lugar, sí queréis saber más de este juego, os recuerdo que nuestro compañero Fede "Scarver" nos dejó dos reseñas en el blog: Dragon Age. Caja básica. Manual del jugador y Dragon Age. Caja básica. Manual del director del juegoAdemás en albinusrol hemos jugado la partida La Maldición dalishana en youtube.



Como bien sabéis, la sesión 20 finalizó con la audiencia de los héroes, en el ayuntamiento de Cyllian, con el Inquisidor Ezequiel Roglic, que realizó varias preguntas a los héroes sobre su paso por Logerswold, el fin de los bandidos de Waldric, su trato con el Bann Trumhall, el incendio del bosque de Brecilia, la aparición del dragón, Arvaniel y sus elfos exploradores y las muertes de Rylan y Freya. Los héroes le contaron sus aventuras omitiendo que fueron los causantes del gran incendio y aprovecharon para echar la culpa del mismo, tanto al Bann Krole como al Bann Trumhall, que empezaron una guerra civil en el valle de Logerswold.

Nuevos objetivos y misiones para desarrollar la campaña

En esta sesión quería terminar la audiencia con el Inquisidor Ezequiel y seguir indagando en las diferencias entre los personajes jugadores. Estaba claro que Jarley y Telmo no querían decir la verdad sobre el incendio en el bosque de Brecilia, hecho que no gustaba a la elfa dalishana. Sin embargo, Euphraty no quería dar mucha información al Inquisidor que había implantado una especie de ley marcial en el pueblo de Cyllian, mientras que Telmo si quería confiar en el buen criterio de Ezequiel y le facilitaba la información que necesitaba.  


Mi intención en las próximas sesiones será que Burul poco a poco vaya formando parte del grupo de héroes, a pesar de seguir trabajando para el Inquisidor Ezequiel Roglic. La idea es evitar un posible conflicto de intereses entre los personajes jugadores. En principio puede ser interesante que Burul ayude a los héroes en sus misiones personales (Jarley quiere acudir a la Torre del Círculo y Euphraty debe ir a Orzammar para cumplir la misión de Flemeth), antes de hacer la misión de devolver el anillo al Arl Gallagher, pero como ya dije en la anterior reseña serán las acciones de los héroes las que decidan si siguen el camino inicial o finalmente toman otro alternativo. 

Con el regreso de los héroes a Cyllian, en esta sesión quiero demostrar que sus acciones tienen consecuencias y en primer lugar utilizaré al primo de Rylan (el héroe fallecido), llamado Tomasso que reclamará las tierras y la casa familiar. Algunos en el pueblo no están de acuerdo en que los elfos dalishanos se queden con la casa (el tema del racismo en Dragon Age). Además Jarley, con la ayuda del alguacil, convenció al padre de Freya para que la chica les acompañara en la misión a Logerswold. Sirio está destrozado y seguramente irá a por el joven mago por el dolor que siente tras la pérdida de su única hija. 


Por último, en esta sesión quería llevar a los héroes a la acción y mi intención es preparar algunos encuentros de combate, que pongan en peligro a los habitantes de Cyllian. Así los héroes se activarán y comenzarán a avanzar en sus diferentes misiones, donde deberán recorrer el continente de Ferelden.

Resumen de la sesión

En esta nueva sesión los héroes, tras dispersar a los malhumorados campesinos, se marcharon a comer a la posada donde 
Burul entregó a Euphraty la escritura de la casa de Rylan, que ahora pertenecía a los elfos por orden directa de Ezequiel. Por la noche varios perros endemoniados asesinaron a algunos aldeanos y mientras Jarley protegía a su familia en la posada. Burul junto al Inquisidor Ezequiel se enfrentaron a estos monstruos cara a cara. A continuación os dejo el resumen de esta sesión 21:

Burul quería intimidar a los campesinos cuando apareció Tomasso, el primo de Rylan, que reclamaba a gritos la casa de su primo. Siempre contaba la misma mentira, que él mismo había llegado a creerse, en la cual Rylan había abusado en su juventud de su esposa Rigoberta. Realmente ese hecho era una leyenda en el pueblo y muchos vecinos de Cyllian sospechaban que no era cierto y lo único que quería esta pareja de indeseables era quedarse con las tierras y posesiones de Rylan, que era un vecino respetable.


Tomasso, Manolo, Paco y el Ortiga rodearon al enorme qunari y le golpearon con sus garrotes, pero les era imposible atravesar su gruesa coraza de placas. Euphraty salió en defensa del honor de Rylan y Rigoberta intentó apuñalarla. Jarley amenazó con utilizar su magia si no se dispersaban y el mismísimo Ezequiel pidió a Burul que se quitara la armadura y acabara con estos personajes con sus propias manos. Finalmente, Tomasso y sus secuaces se marcharon, pero juraron expulsar más adelante, a los elfos que ocupaban la casa de su primo fallecido Rylan.

Cuando los héroes pensaban bajar a comer a la posada, apareció Frek con Sirio, al que el cansado alguacil Tarl Dale le había comunicado de forma brusca la muerte de su hija Freya. El hombre parecía abatido y roto en un primer momento, pero segundos después estaba intentando estrangular al pobre Jarley, al que le culpaba de la muerte de su hija. Tarl Dale ordenó a Frek que llevara de vuelta a Sirio a su casa y le diera una tila para que se calmara, antes de regresar a hacer su ronda.


Ezequiel ordenó a Burul que mandara un halcón a Lothering para que viniera Jason Derrick, un mercenario experto en combate con dos armas, para sustituir al hechicero, que se había marchado hacia el campamento dalishano. El Inquisidor aprovechó para preguntar a Euphraty sobre el agujero donde la encontraron antes de llegar a Cyllian y las extrañas huellas que había en su interior. Telmo le habló de un agujero en Longerswold, donde había engendros tenebrosos, pero Euphraty quiso quitar hierro al asunto y dijo que eran meras sombras.

Los héroes bajaron la calle principal del pueblo hasta el Espíritu Ceñudo y comieron junto a Burul, el cual entregó a Euphraty la escritura de la casa de Rylan, que ahora pertenecía a los elfos por orden directa de Ezequiel. El grupo comenzó a planear sus siguientes movimientos, que les podrían llevar hasta la cordillera de la Espalda Helada para entregar el anillo que había robado Waldric Mano Sangrienta, pero antes se habían fijado pasar por la Torre del Círculo y Orzammar para que Jarley y Euphraty pudieran realizar sus misiones personales. Telmo también comentó que podrían pasar por Lothering y Risco Rojo para reclutar leñadores para repoblar Longerswold.

Mientras los héroes hacían la sobremesa, Burul fue a hablar con Ezequiel. El inquisidor estaba interesado en qué el enorme qunari se marchará con los héroes a llevar el anillo nobiliario al Arl Gallagher, porque sospechaba que Telmo y Euphraty diferían en distintos contenidos y le estaban ocultando información. Por último, le pidió que vigilara a los campesinos en la construcción del cercado y que empezaran a construir la torre de vigía.


Durante la tarde, los héroes estuvieron poniendo en común sus aventuras y todos estaban preocupados por el aumento de encuentros con los engendros tenebrosos en Ferelden. Telmo, Eyra, Euphraty y Lindel se marcharon hasta la antigua casa de Rylan, para preparar las habitaciones y descansar después de un largo día. Mientras en la posada, Jarley explicó a sus familiares que tenía la intención de dejar sus estudios en la Torre del Círculo, para emprender un nuevo camino con su vida. Por último, al anochecer, Burul regresó a su pequeño y austero cuarto en el Ayuntamiento de Cyllian para dormir. Por desgracia, unos gritos aterradores rompieron el silencio de la noche en el pueblo y comenzó el caos…

Jarley estaba tumbado sobre su cama con la mirada puesta en el cercano techo de su pequeña habitación, bajo la escalera de la posada El Espíritu Ceñudo. Le estaba costando dormirse, porque se había sincerado con su familia y les había expuesto su intención de dejar los estudios en la Torre del Círculo. Además, su nuevo perro Cola Negra roncaba suavemente sobre la alfombra del suelo y en ocasiones soltaba un ligero gruñido que le sobresaltaba. De repente, escuchó un terrible y gutural ladrido que venía del exterior. Se levantó a tientas en la oscuridad y se dirigió, junto a su perro mabari, a la sala común del Espíritu Ceñudo, donde había una tenue luz proveniente de un par de velas consumiéndose y las brasas aun candentes de la enorme chimenea.


Por la escalera del primer piso bajaron sus primas Finella, Nidia, Amina y Elfrida, muy confundidas las más mayores y asustadas las más pequeñas. También apareció su primo Dorn, el ayudante del herrero con un pesado martillo, decidido a proteger a su familia. Jarley ordenó a sus primas que se metieran debajo de las mesas y abrió el ventanuco de la enorme puerta de la posada, que estaba protegido por una gruesa verja de acero, para otear el exterior. Desde su posición privilegiada, vio a un enorme perro incluso más grande que su amigo mabari, devorando a un viejo labrador que era un cliente habitual de la posada y también se percató que otro vecino, el bueno de Pascal, venía en su dirección buscando refugio en el robusto edificio de la familia Mullin. El hombre corría desesperado, pero el perro endemoniado era mucho más rápido y estaba reduciendo, en cuestión de segundos, la distancia entre ellos.


Dorn, que estaba al lado de Jarley viendo la terrible situación, pidió a su primo que abriera la puerta y dejará pasar al parroquiano, pero el joven mago prefirió cerrar el ventanuco y los pestillos del portón para proteger a su familia. Pascal llegó a la puerta y la golpeó con fuerza pidiendo socorro, pero instantes después estaba gritando de dolor y poco a poco su voz se apagó y solo quedó el silencio. A continuación comenzaron los golpes contra el pesado portón de la posada, pero la puerta no llegó a ceder. Cola Negra subió al primer piso y desde una ventana observó como el perro endemoniado golpeaba una y otra vez la puerta de la posada sin ningún resultado. Jarley pidió silencio a todos sus familiares, que ya se habían reunido en la sala común y permanecieron en completo silencio unos minutos, hasta que se dejaron de escuchar los golpes en la noche…

En un austero cuarto del ayuntamiento, que hasta hace unos días se utilizaba de pequeño almacén de documentos, dormía Burul en una dura cama, junto a las piezas de su armadura perfectamente ordenadas en el suelo, para no perder ni un segundo en caso de tener que ponérsela. Por desgracia, su descanso se vio interrumpido por los poderosos ladridos de varios perros en el exterior. Se levantó como un resorte y comenzó a ponerse las piezas de su armadura, cuando el Inquisidor Ezequiel Roglic llamó a su puerta y le pidió que le acompañara al exterior, porque la situación se había vuelto caótica en la plaza del ayuntamiento. Mientras terminaba de ajustarse las cinchas, Burul escuchó los gritos de algunos vecinos en la calle. Cuando estuvo preparado, bajó junto a Ezequiel la escalera de la primera planta y salió a la calle.


En la plaza, junto al pozo, había un enorme perro con brillantes ojos rojos devorando a Manolo, uno de los amigos de la extraña pareja formada por Tomasso y Rigoberta, que había conocido en los altercados de esa misma mañana. Otro perro endemoniado estaba en mitad de la plaza terminando de engullir a un cordero y un cerdo. Por último, un tercer perro estaba acosando a un labriego llamado Ronto y a la Hermana Arya, en la puerta de la destartalada capilla de Cyllian.

El Inquisidor Ezequiel Roglic se abalanzó sobre el enorme perro que estaba cerca del pozo, mientras Burul sacó una de sus jabalinas del arnés que llevaba en su espalda y se la lanzó a la bestia, que estaba acosando a la Hermana Arya, consiguiendo atravesar su gruesa piel en uno de sus costados. Además desde el ayuntamiento salían flechas que mantenían a raya al perro que estaba en la capilla del pueblo.


Burul aprovechó la cobertura de las flechas para enfrentarse con el perro, que había devorado a varios animales en mitad de la plaza. La bestia cargó a gran velocidad y consiguió morder al qunari, pero no fue capaz de atravesar la gruesa coraza del mercenario. Ezequiel se movía con gran soltura en la batalla y tras un par de acometidas decapitó al perro endemoniado con el que luchaba, mientras Burul, con leves rasguños por los ataques de su adversario, acabó a mandoblazos con su enemigo, justo antes de marcharse a la capilla para ayudar a la Hermana Arya que gritaba de terror, porque el gran perro había devorado al pobre Ronto en su presencia. El mercenario con paso firme entró en la capilla y destrozó un banco en una impetuosa carga inicial. El perro pareció oler su frustración y consiguió morderle en una pierna, pero por desgracia para él no llegó a seccionar la arteria con su poderosa mandíbula y poco a poco fue soltando la pierna del mercenario, debido a los certeros golpes del mandoble de Burul, que le destrozó la cabeza y consiguió apagar sus fulgurantes ojos rojos...

¿De donde han salido los perros endemoniados?, ¿Cumplirán su amenaza sobre los elfos los seguidores de Tomasso y Rigoberta?, ¿Porqué Jarley no utilizó ningún conjuro para ayudar al pobre Pascal y permitió que le perro demoniaco lo devorara?... Estás y más preguntas deberán tener respuesta en futuras sesiones.

Espero que os guste nuestra campaña,

Un saludo a tod@s

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