Hola amig@s de albinusrol, hoy continuamos nuestra serie de entradas dedicadas a la Campaña del juego de rol DRAGON AGE, que estoy dirigiendo en el Club ARS LUDICA junto a mis amigos Dani "Danpe", Fede "Scarver", Francisco "Telmo" y Alejandro, donde quiero compartir con tod@s vosotr@s el resumen de cada sesión y mis técnicas e ideas que estoy utilizando para las partidas como director de juego.
Preparación y dirección de la sesión de Dragon Age el juego de rol
En primer lugar, sí queréis saber más de este juego, os recuerdo que nuestro compañero Fede "Scarver" nos dejó dos reseñas en el blog: Dragon Age. Caja básica. Manual del jugador y Dragon Age. Caja básica. Manual del director del juego. Además, en albinusrol hemos jugado la partida La Maldición dalishana en youtube.Desarrollo del Túmulo Tevinteriano de Aristan el Grande
Con la entrada de los héroes en la cripta surgida de la tierra, se activaron las defensas y guardas de todo el complejo. En esta sesión los héroes tendrán que atravesar una estancia para descender al primer sótano del túmulo de Aristan, así que decidí colocar una trampa en esta estancia tras su enfrentamiento con el oso y los esqueletos. He pensado en una clásica trampa de cuchillas. Si buscan antes en la sala deberán superar una tirada de Percepción (Ver) CD 15 y se darán cuenta de las rendijas en las columnas, pero no sabrán cómo desactivar la trampa desde su posición. Se trata de una trampa de cuchillas que saldrán del suelo y las columnas haciendo 2d6+4 daños cortantes. Tirada de salvación Destreza (acrobacias) CD 17 para esquivar las cuchillas y cruzar la sala. En la pared del fondo estará la palanca que desactivará la trampa y así podrán pasar el resto de héroes que no hayan cruzado la estancia.
En las próximas sesiones seguiremos desgranando este complejo funerario con el resto de las salas que componen la construcción y los peligros que acechan a nuestro grupo de valerosos héroes.
Al otro lado del lóbrego pasillo, una puerta de bronce adornada con una talla de dragón en cada una de sus hojas aguardaba su apertura. Las llaves oxidadas cumplieron su función, revelando ante los héroes una estancia cuadrada. Cuatro majestuosas columnas, talladas con escenas de victoriosas batallas, se erigían en el centro de la sala. Un ambiente impregnado de humedad y polvo rodeaba cada rincón, mientras al fondo se insinuaban los primeros peldaños de una escalera que descendía a la cripta.
Con paso decidido, Burul entró en la habitación, sin sospechar que había activado una trampa compuesta por hojas de bronce cortantes. Las cuchillas impactaron en su armadura de acero, lo que evitó causarle daño. El robusto qunari, aunque contrariado, regresó al pasillo, reuniéndose con el resto de los héroes. Euphraty y Telmo trataron de determinar la secuencia de las cuchillas para cruzar la estancia, pero no seguían un patrón definido y dudaron. Finalmente, decidieron que Burul debía volver a cruzar la sala, conscientes de que su armadura podría amortiguar el daño. Las cuchillas completaron su cruel recorrido, esta vez causando heridas en el mercenario, quien comenzó a sangrar por los cortes. Por fortuna, en la pared del fondo descubrieron una palanca que desactivó la trampa, lo que permitió el acceso del resto de los héroes.
La escalera que se desplegaba ante ellos presentaba peldaños regulares, y a medida que descendían, el penetrante olor a humedad se intensificaba. Encontraron una sala de forma octogonal, protegida por ocho columnas dispuestas en parejas equidistantes. Los charcos de agua estancada y maloliente yacían en el suelo, mientras que en el centro, un pozo marcado con símbolos tevinterianos intrigaba a los exploradores.
Al otro extremo de la sala, una escalera continuaba su descenso hacia las profundidades del túmulo. A la derecha, un pasillo conectaba con el resto de la planta. Jarley y Burul investigaron el pozo, que estaba vinculado con una masa de agua subterránea que serpenteaba en un constante remolino, un fenómeno mágico que, en ocasiones, desbordaba creando charcos en la sala.
Optando por el pasillo, Burul y sus compañeros se encontraron con un penetrante hedor a putrefacción y humedad en su tramo inicial, causado principalmente por el agua que ascendía desde la sala anterior. Al llegar a una bifurcación, se toparon con una estatua femenina sosteniendo una vasija de cobre que contenía un extraño líquido espeso y oleoso. Euphraty recordó los aceites aromáticos utilizados por los elfos dalishanos en sus rituales, así que prendió el untuoso líquido, que se inflamó al instante, arrojando una luz que inundó el pasillo en todas direcciones. En el extremo opuesto de la figura femenina, descubrieron una puerta de bronce con inscripciones tevinterianas que Jarley tradujo: “Aquí yace Larus, arquitecto del Túmulo”. El pasillo continuaba, llevándolos a la sala más grande de esta planta.
Burul y Jarley se dirigieron hacia la cámara de Larus, mientras Telmo y Euphraty se acercaron al principio de la sala que se encontraba al final del pasillo. La estancia resultaba impresionante, con un techo que se alzaba a casi doce metros de altura y múltiples columnas que se erguían en su interior. Una extraña gárgola, portadora de un pebetero de bronce entre sus deformes extremidades, se iluminó repentinamente con una misteriosa luz azulada. El agua, filtrándose entre las rocas de las paredes, formaba pequeños charcos, y un gruñido gutural resonó en la zona más sombría de la sala.
Burul y Jarley lograron abrir la puerta de bronce y penetraron en una pequeña estancia cuyo aire parecía estar enrarecido por el tiempo. El interior albergaba una tumba de piedra sellada con cerrojos broncíneos, así como varios muebles del mismo material que contenían viales polvorientos, llenos de extraños líquidos de variados colores. En otra balda, un libro cubierto de polvo estaba tumbado de forma horizontal. Burul, sin interesarse por los viales ni el libro, centró su atención en abrir la tumba.
Una vez retirados los cerrojos y descubierto el interior, se encontraron con un cadáver embalsamado de gran musculatura, cuya cabeza estaba cosida y embozada en un yelmo de metal. Jarley recordó la costumbre de los Tevinterianos de combinar lo mejor de dos cuerpos tras la muerte, preparando al fallecido para su paso al más allá.
En un instante, el difunto abrió sus ojos y emitió un grito metálico a través del yelmo, antes de arrojarse fuera de la tumba, junto al mercenario. El estremecedor grito atrajo a otros muertos vivientes presentes en la gran sala, quienes avanzaron lentamente hacia Telmo y Euphraty. Cuatro muertos vivientes devoradores, impulsados por el grito de los restos del arquitecto enfurecido, se lanzaron al combate contra los héroes. Telmo embistió a uno de ellos con su hacha, mientras Euphraty, astuta, apuñalaba a otro en el costado. Jarley, en medio del pasillo, decidió contribuir al enfrentamiento, conjurando un poderoso hechizo de hielo que congeló y ralentizó a sus enemigos.
En la pequeña sala, Burul había infligido heridas al imponente muerto viviente, cuya violenta embestida se estrelló contra la impenetrable armadura del qunari. El cadáver colérico vertía un líquido viscoso y verdoso de las numerosas heridas abiertas en su pecho. Su fuerza redujo y, con un grito cargado de furia, se abalanzó sobre el cuello del mercenario, apretando con fiereza y privándole de aire. Mientras tanto, en la gran sala, los cadáveres devoradores habían causado daño a Telmo y Euphraty, empleando la prohibida magia de sangre para absorber su vitalidad. El hombre de Ferelden y la elfa dalishana retrocedieron hacia el pasillo, enfrentando uno por uno a los no muertos. Aunque eliminaron rápidamente a dos de ellos, Telmo sufrió heridas en el torso y una de sus piernas.
Al ver la desesperada situación de Burul, Jarley conjuro su famoso “Puño Pétreo”. Esta maniobra desequilibró al colosal cadáver, forzándolo a liberar su mortífero agarre al cuello del qunari. Fatigado y furioso, Burul alzó su gigantesca espada de dos manos sobre su cabeza y, con brutales mandoblazos, puso fin a la resistencia del cadáver de Larus. Al mismo tiempo, Telmo, empuñando su hacha, y Euphraty, con su arco, se encargaron del último de los muertos vivientes devoradores.
Los héroes se reunieron en la sala que albergaba la tumba de Larus. Burul, fatigado, optó por echar la llave para recobrar el aliento antes de explorar la habitación. Telmo sangraba mucho debido a sus heridas, y Jarley se vio obligado a usar su magia curativa para cerrar un poco los cortes y devolver algo de vigor al hombre de Ferelden. Euphraty, exhausta, se sentó en el suelo para descansar mientras el mercenario qunari inspeccionaba el interior de la tumba.
Resumen de la sesión de nuestra campaña de Dragón Age el juego de rol
En esta nueva sesión los héroes descendieron una planta y se enfrentaron a unos cadáveres devoradores que protegían la tumba del arquitecto Larus, el constructor del túmulo tevinteriano. Además, Burul y Jarley despertaron al cadáver colérico del arquitecto que estuvo a punto de asfixiar al mercenario qunari. Por último, los héroes se encerraron en la sala de la tumba de Larus para curarse y descansar. Allí encontraron algunas pociones útiles, un libro de la historia de imperio y monedas de oro, plata y cobre. A continuación os dejo el resumen de esta sesión 27:Al otro lado del lóbrego pasillo, una puerta de bronce adornada con una talla de dragón en cada una de sus hojas aguardaba su apertura. Las llaves oxidadas cumplieron su función, revelando ante los héroes una estancia cuadrada. Cuatro majestuosas columnas, talladas con escenas de victoriosas batallas, se erigían en el centro de la sala. Un ambiente impregnado de humedad y polvo rodeaba cada rincón, mientras al fondo se insinuaban los primeros peldaños de una escalera que descendía a la cripta.
Con paso decidido, Burul entró en la habitación, sin sospechar que había activado una trampa compuesta por hojas de bronce cortantes. Las cuchillas impactaron en su armadura de acero, lo que evitó causarle daño. El robusto qunari, aunque contrariado, regresó al pasillo, reuniéndose con el resto de los héroes. Euphraty y Telmo trataron de determinar la secuencia de las cuchillas para cruzar la estancia, pero no seguían un patrón definido y dudaron. Finalmente, decidieron que Burul debía volver a cruzar la sala, conscientes de que su armadura podría amortiguar el daño. Las cuchillas completaron su cruel recorrido, esta vez causando heridas en el mercenario, quien comenzó a sangrar por los cortes. Por fortuna, en la pared del fondo descubrieron una palanca que desactivó la trampa, lo que permitió el acceso del resto de los héroes.
La escalera que se desplegaba ante ellos presentaba peldaños regulares, y a medida que descendían, el penetrante olor a humedad se intensificaba. Encontraron una sala de forma octogonal, protegida por ocho columnas dispuestas en parejas equidistantes. Los charcos de agua estancada y maloliente yacían en el suelo, mientras que en el centro, un pozo marcado con símbolos tevinterianos intrigaba a los exploradores.
Al otro extremo de la sala, una escalera continuaba su descenso hacia las profundidades del túmulo. A la derecha, un pasillo conectaba con el resto de la planta. Jarley y Burul investigaron el pozo, que estaba vinculado con una masa de agua subterránea que serpenteaba en un constante remolino, un fenómeno mágico que, en ocasiones, desbordaba creando charcos en la sala.
Optando por el pasillo, Burul y sus compañeros se encontraron con un penetrante hedor a putrefacción y humedad en su tramo inicial, causado principalmente por el agua que ascendía desde la sala anterior. Al llegar a una bifurcación, se toparon con una estatua femenina sosteniendo una vasija de cobre que contenía un extraño líquido espeso y oleoso. Euphraty recordó los aceites aromáticos utilizados por los elfos dalishanos en sus rituales, así que prendió el untuoso líquido, que se inflamó al instante, arrojando una luz que inundó el pasillo en todas direcciones. En el extremo opuesto de la figura femenina, descubrieron una puerta de bronce con inscripciones tevinterianas que Jarley tradujo: “Aquí yace Larus, arquitecto del Túmulo”. El pasillo continuaba, llevándolos a la sala más grande de esta planta.
Burul y Jarley se dirigieron hacia la cámara de Larus, mientras Telmo y Euphraty se acercaron al principio de la sala que se encontraba al final del pasillo. La estancia resultaba impresionante, con un techo que se alzaba a casi doce metros de altura y múltiples columnas que se erguían en su interior. Una extraña gárgola, portadora de un pebetero de bronce entre sus deformes extremidades, se iluminó repentinamente con una misteriosa luz azulada. El agua, filtrándose entre las rocas de las paredes, formaba pequeños charcos, y un gruñido gutural resonó en la zona más sombría de la sala.
Burul y Jarley lograron abrir la puerta de bronce y penetraron en una pequeña estancia cuyo aire parecía estar enrarecido por el tiempo. El interior albergaba una tumba de piedra sellada con cerrojos broncíneos, así como varios muebles del mismo material que contenían viales polvorientos, llenos de extraños líquidos de variados colores. En otra balda, un libro cubierto de polvo estaba tumbado de forma horizontal. Burul, sin interesarse por los viales ni el libro, centró su atención en abrir la tumba.
Una vez retirados los cerrojos y descubierto el interior, se encontraron con un cadáver embalsamado de gran musculatura, cuya cabeza estaba cosida y embozada en un yelmo de metal. Jarley recordó la costumbre de los Tevinterianos de combinar lo mejor de dos cuerpos tras la muerte, preparando al fallecido para su paso al más allá.
En un instante, el difunto abrió sus ojos y emitió un grito metálico a través del yelmo, antes de arrojarse fuera de la tumba, junto al mercenario. El estremecedor grito atrajo a otros muertos vivientes presentes en la gran sala, quienes avanzaron lentamente hacia Telmo y Euphraty. Cuatro muertos vivientes devoradores, impulsados por el grito de los restos del arquitecto enfurecido, se lanzaron al combate contra los héroes. Telmo embistió a uno de ellos con su hacha, mientras Euphraty, astuta, apuñalaba a otro en el costado. Jarley, en medio del pasillo, decidió contribuir al enfrentamiento, conjurando un poderoso hechizo de hielo que congeló y ralentizó a sus enemigos.
En la pequeña sala, Burul había infligido heridas al imponente muerto viviente, cuya violenta embestida se estrelló contra la impenetrable armadura del qunari. El cadáver colérico vertía un líquido viscoso y verdoso de las numerosas heridas abiertas en su pecho. Su fuerza redujo y, con un grito cargado de furia, se abalanzó sobre el cuello del mercenario, apretando con fiereza y privándole de aire. Mientras tanto, en la gran sala, los cadáveres devoradores habían causado daño a Telmo y Euphraty, empleando la prohibida magia de sangre para absorber su vitalidad. El hombre de Ferelden y la elfa dalishana retrocedieron hacia el pasillo, enfrentando uno por uno a los no muertos. Aunque eliminaron rápidamente a dos de ellos, Telmo sufrió heridas en el torso y una de sus piernas.
Los héroes se reunieron en la sala que albergaba la tumba de Larus. Burul, fatigado, optó por echar la llave para recobrar el aliento antes de explorar la habitación. Telmo sangraba mucho debido a sus heridas, y Jarley se vio obligado a usar su magia curativa para cerrar un poco los cortes y devolver algo de vigor al hombre de Ferelden. Euphraty, exhausta, se sentó en el suelo para descansar mientras el mercenario qunari inspeccionaba el interior de la tumba.
En un doble fondo, Burul descubrió 20 monedas de oro, 80 de plata y 140 de cobre, el pago que el constructor Larus había recibido por sus servicios durante la edificación del túmulo. Por último, Jarley examinó los frascos y encontró dos pociones de curación y una poción de lirio menor, que repartió entre los héroes. También recuperó el viejo y polvoriento libro que yacía en una estantería de piedra. El título del tomo era “Historia del Imperio”, y Jarley decidió guardarlo con cuidado en uno de sus sacos...
¿Encontrarán los héroes más cadáveres devoradores en la exploración del túmulo?, ¿Qué secretos descubrirán del Imperio de Tevinter en la cripta?, ¿Por qué enterraron al arquitecto Larus en la misma tumba que construyó para el Comandante Aristan el Grande?... Estás y más preguntas deberán tener respuesta en futuras sesiones.
Espero que os guste nuestra campaña,
Un saludo a tod@s
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