AVENTURA de inicio de PATHFINDER 2 Beginner Box, con los amigos del CLUB ARS LÚDICA. Sesión 07: La guarida del Dragón

Hola amig@s de albinusrol, hoy continuamos nuestra serie de entradas dedicadas a la aventura de la caja de inicio del juego de rol PATHFINDER 2, que he podido disfrutar en línea, junto a mis compañeros del CLUB ARS LÚDICA; Paco "Telmo", Miguel, Alberto y Diego. Me gustaría compartir con tod@s vosotr@s el resumen de cada sesión de esta aventura: MENACE UNDER OTARI (Amenaza bajo Otari).



En nuestro CLUB ARS LÚDICA se ha jugado durante años a Pathfinder y hemos disfrutado de míticas sendas de aventuras como: El auge de los señores de las runasForjador de Reyes o La Calavera de la Serpiente. Así que cuando nuestro compañero Diego se ofreció a dirigir en línea la Aventura de la caja de inicio Menace under Otari, no dudé en apuntarme.

Pathfinder está ambientado en Golarion, un mundo de fantasía épica que ofrece todo tipo de culturas y paisajes. En un pasado remoto, un gran cataclismo conocido como La Gran Caída estuvo a punto de destruir la vida en el planeta y cambió por completo su geografía, hundiendo continentes y formando nuevos mares a la vez que destruía todas sus civilizaciones. El mundo tardó siglos en reconstruirse y aún más tiempo antes de que la sociedad se recuperara.


Si queréis más información sobre el juego, no dudéis en pasaros por la página de DEVIR, que ha sido la editorial encargada de traducirlo al castellano.


El CLUB ARS LÚDICA se enorgullece de presentaros la aventura: 

JUEGO DE ROL

PATHFINDER 2

AVENTURA

Menace Under Otari

DIRIGIDA POR: 

Diego

 PROTAGONIZADA POR:

Kyra 
Paco "Telmo"

Merisiel
Miguel

Ezren
Alberto

Valeros
Julio "Albinus"



Resumen de la sesión

Los héroes avanzaron con cautela a través de los subterráneos que se extendían bajo el pueblo de Otari. Llegaron hasta la caverna del trono de Zolgran, la cual tenía una entrada que conducía al cubil del dragón que se alimentaba con el pescado de los barriles robados a Tamily Tanderveil.


Imponentes hongos amarillos cubrían el suelo de la vasta cueva, algunos de ellos alcanzando alturas de tres metros. Emitían una luz pálida que confería a toda la cámara un resplandor misterioso. A los pies de los hongos, yacían restos destrozados de barriles, un recordatorio de la voracidad del dragón y la servidumbre de los kobolds. En la oscuridad más distante de la cámara, algo se movía, y un gruñido apenas audible resonaba desde las sombras.


Los héroes se adentraron en la caverna con sigilo. Valeros lideraba el grupo, escudo en alto, seguido por Kyra con su maza en ristre, Merisiel oculta entre las sombras y cerrando filas, el mago Ezren. Los enormes hongos bloqueaban la visión del extremo lejano del cubíl, pero una inquietante sensación de que algo se movía sobre sus cabezas los mantenía en alerta.

De repente, un destello verde rompió la penumbra: un dragón recién nacido, pero de aspecto feroz con sus alas amplias y mandíbulas chasqueantes, saltó a la vista. Con ojos astutos, el monstruo exhaló una nube de vapor amarillo y, con un rugido atronador, se abalanzó sobre los aventureros.


Merisiel, utilizó uno de los enormes hongos como cobertura y lanzó sus dagas contra el monstruo. Sin embargo, las armas impactaron sin fuerza, rebotando en la gruesa piel del dragón. Kyra, por su parte, enfocó su magia divina y desató un cono de fuego que devoró uno de los hongos gigantes, chamuscando levemente una de las alas del dragón.

Una nube de gas verdoso emergió de la boca del monstruo, envolviendo a Valeros, Kyra y Merisiel, quienes comenzaron a sentir las náuseas. El guerrero, con valentía, cargó fuera del área venenosa y asestó un profundo corte con su espada mágica en el costado del dragón, aunque su segundo ataque rasgó el aire.


Ezren, con gestos precisos y palabras místicas, canalizó su poder y conjuró un rayo eléctrico que surcó el aire con furia, impactando directamente en el monstruo verde. Merisiel que aún lidiaba con las secuelas del veneno, aprovechó la distracción producida por el rayo y flanqueó al dragón. Con habilidad, hundió una de sus dagas en una de las alas de la criatura. Sin embargo, su segunda hoja se desvió, encontrando su destino en uno de los enormes hongos amarillentos que salpicaban la caverna.

Kyra, la clériga del grupo, observó con preocupación la situación de Merisiel. Sin dudar, entonó una plegaria llena de devoción, invocando una cálida luz que envolvió a la elfa. La magia curativa actuó de inmediato, devolviéndole a Merisiel el vigor necesario para continuar la lucha.


La criatura, irritada por los ataques sufridos, intentó atravesar la sólida armadura de Kyra con una de sus garras, pero la clériga, logró detener el ataque con su cimitarra. La otra pasó peligrosamente cerca de la cabeza de Merisiel, clavándose en el hongo que se alzaba detrás de ella. La cola del dragón, en un último esfuerzo, golpeó con estrépito el escudo de Valeros.


El guerrero aprovechó la frustración del monstruo y asestó un poderoso golpe en la espalda de la bestia. Sin embargo, la embestida fue tan fuerte que perdió el equilibrio al chocar contra la cola en movimiento.

A una distancia prudente, Ezren, conjuró un rayo de frío. Pero la magia se desvió de su objetivo original y, en lugar de alcanzar a la criatura, congeló la mano y la maza de Kyra, quien gritó de dolor al sentir el frío penetrante.


Cuando el dragón se preparaba para lanzar un ataque devastador, Merisiel, con agilidad renovada, se abalanzó por detrás del monstruo. En un salto acrobático, clavó ambas dagas en la cabeza del dragón, que cayó al suelo levantando una nube de esporas amarillentas.


Los héroes recuperaron el aliento antes de aventurarse a explorar la guarida del joven dragón verde. En la esquina noroeste, descubrieron el tesoro que los kobolds habían ofrecido al monstruo: un pequeño cofre y una enorme pila de monedas compuesta por 429 de cobre, 63 de plata y 18 de oro. Sobre aquel montón de piezas reposaba una esmeralda gigante que recordaba vagamente al ojo del dragón, y Ezren aseguró que podrían venderla por unas 20 piezas de oro.

En lo más profundo de la caverna, hallaron un túnel que se adentraba en un pasadizo largo y sinuoso. Valeros, como siempre al frente, avanzó seguido de Kyra, Merisiel y Ezren. El camino ascendía suavemente, y tras unos veinte minutos, sintieron una brisa fresca que provenía de esa dirección. Después de media hora más de travesía, emergieron de una pequeña cueva en un barranco fuera del pueblo de Otari. Restos de un campamento alrededor de la entrada de la cueva indicaban que los kobolds habían estado viviendo allí antes de dirigirse bajo el pueblo para realizar sus saqueos…


Espero que os guste nuestra aventura,

Un saludo a tod@s

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