Campaña de SPIRE con los amigos del Salón del Rey de la Montaña. Sesión 18 ¿Quién se tomará la droga?

Hola amig@s de albinusrol, hoy continuamos nuestra serie de entradas dedicadas a la Campaña del juego de rol SPIRE, que he jugado de forma online junto a mis amigos roleros, José Manuel Palacios “Panda”, Dani “Danpe”, David “Aakroma” y José Alarico “Jan Cantor”, donde quiero compartir con tod@s vosotr@s el resumen de cada sesión.



Todos formamos parte del grupo de rol en la plataforma Discord “El Salón del Rey de la Montaña”, donde se suelen hacer quedadas mensuales (siempre que se puede) para jugar a rol de forma presencial. Sin embargo, debido a la pandemia del covid-19, no pudimos quedar tanto como nos gustaría y decidimos jugar todas las semanas por internet, para seguir disfrutando de nuestra afición entre amigos.

La campaña es del juego de rol SPIRE, que financió su versión en castellano exitosamente el 7 de junio de 2021 en verkami, gracias a la editorial Cursed Ink. Si queréis ver cómo es este juego de rol, os dejo el enlace a nuestro unboxing de SpireO si preferís la reseña del juego realizada por nuestro compañero Fede para saber más, no dudéis en pinchar los enlaces: SPIRE: Ambientación y ReglasSPIRE: Distritos, facciones y Dirección.

SPIRE es una descomunal ciudad de elfos oscuros, que hace doscientos años fue conquistada a sangre y fuego por los altos elfos de las tierras heladas del norte. Ahora, los aelfirs (altos elfos) gobiernan la ciudad con crueldad, mientras que los drows malviven bajo su tiranía. Pero un pequeño grupo de drows quiere acabar con los aelfirs y recuperar la ciudad. Los personajes jugadores son drows que forman parte del Ministerio de Nuestra Señora Oculta. Como ministros, realizarán misiones desesperadas para socavar al gobierno y dar pasos hacia la libertad. Practican el espionaje, el robo y hasta el asesinato para conseguir sus objetivos, sabiendo siempre que un paso en falso supondrá su caída… y la de todos sus seres queridos.

El Salón del Rey de la Montaña se enorgullece de presentaros la campaña: 

JUEGO DE ROL

SPIRE, la ciudad debe caer

ESCENARIO

Alma y Vida

DIRIGIDA POR: 

José Alarico "Jan Cantor"

 PROTAGONIZADA POR:

Elvi 
José Manuel Palacios "Panda"

Dipree
Dani "Danpe"

Ventris
David "Aakroma"

Amadeus
Julio "Albinus"


Resumen de la sesión

Ventris dejó los anillos sobre la mesa con un gesto brusco. Las piezas de oro relucían bajo la tenue luz, idénticas entre sí. Al examinarlos, todos parecían iguales. La magia del verdadero anillo protegía su identidad con un velo de confusión, burlándose de ellos.


Elvi, inclinándose sobre la mesa, los observó con atención. La tensión de su rostro, realzaba su expresión concentrada.

—Si me sintonizo con la Diosa, podría descubrir cuál es el auténtico —sugirió, cargada de determinación.


Dipree, siempre incrédulo, cruzó los brazos. Una sonrisa torcida asomó en su rostro, como si estuviera evaluando un truco de feria.

—O podríamos usar la droga que nos dio Hermione. Según ella, debería ayudarnos a desenmascarar al verdadero anillo.


Amadeus permanecía apartado. En su mirada había algo distante, como si escuchara una melodía que los demás no podían percibir. Y, de hecho, lo hacía: una voz resonaba en su mente, baja pero insistente.

«Amadeus, yo puedo decirte cuál es el verdadero anillo».

El joven alborotador habló en voz alta, como si estuviera solo:

—Estaría genial quedar bien con mis compañeros. Parece que no confían en mí...

Dipree arqueó una ceja. Había algo divertido en su tono cuando respondió:

—¿Con quién hablas? ¿Te estás volviendo loco?

Ventris, apoyada en el borde de la mesa, lo miró con una mezcla de consternación y desprecio.

—Esto es lo que pasa cuando el Ministerio escoge agentes de forma desesperada. Ni siquiera evalúan las habilidades del candidato.

La sombra en la mente de Amadeus no dejó de insistir. Su tono era seductor, envolvente, como un abrazo en la oscuridad.



«Dame tu cuerpo y te diré cuál es el verdadero anillo. Doce horas serán suficientes».

Amadeus tragó saliva. Sus dedos tamborilearon contra su muslo, un movimiento nervioso. La oferta era tentadora, pero el precio demasiado alto.

La sacerdotisa, notando su inquietud, lo observó de reojo.

—¿Estás bien? —preguntó, con un tono de voz suave y protector.

La voz en su mente, astuta, ajustó su propuesta:

«Ocho horas. Nada más. Y tus amigos volverán a confiar en ti».

Amadeus abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera articular palabra, Elvi se volvió hacia Ventris, desviando la atención.

—¿Confías en que la droga nos ayudará a identificar el anillo?


La artista soltó un bufido. Sus ojos se entrecerraron, como si la pregunta la hubiera ofendido.

—¿Confiar en una droga? Me parece una idea desesperada. Incluso para nosotros.

Elvi frunció el ceño, pero antes de que pudiera replicar, Dipree intervino.

—No estoy seguro de que funcione otra vez conmigo, pero —miró a Ventris fijamente—, dame la dosis. Si alguien debe arriesgarse, seré yo.

Amadeus alzó una mano en señal de apoyo. Su sonrisa despreocupada volvió a su rostro.

—Tiene sentido. No podemos poner en peligro a Elvi.

Ventris levantó la voz, deteniéndolos con un gesto tajante.

—¡No! ¿No entendéis lo que esta droga hace? Esto no es un juego.

Pero Elvi ya había decidido. Sin previo aviso, tomó la dosis y, antes de que alguien pudiera detenerla, la colocó debajo de su lengua. Ventris la miró boquiabierta, mientras Dipree murmuraba:

—Bueno, supongo que eso resuelve el debate.

Los efectos no tardaron en manifestarse. Para Elvi, la habitación cambió de inmediato. Los colores se intensificaron, como si una luz invisible hubiera cobrado vida en las paredes. Pero no todo era claridad. En contraste, una sombra oscura, espesa, se adhería a Amadeus como una segunda piel.

Cuando miró a Dipree, su imagen era igual que una estatua agrietada que apenas se sostenía. Ventris, sin embargo, tenía un rostro dual, como si debajo de su piel hubiera otra identidad que luchaba por emerger.


La sacerdotisa apartó esos detalles y centró su atención en los anillos. Su mirada se detuvo en uno de ellos. La joya parecía observarla con una inteligencia malévola, desafiándola. Movió los otros anillos a un lado y señaló el auténtico.

—Es este.

Una voz surgió a su derecha, inesperada y firme:

—Cuidado con eso, Elvi.

Se giró y vio a otra versión de sí misma, más mayor, con los ojos cosidos y vestida con ropas lujosas.


—Mucho cuidado. Es maligno. Y peligroso —advirtió aquella figura con gravedad.

Otra voz surgió a su izquierda. Esta vez, era una versión más joven, con ropas oscuras y un porte noble.

—Pero no deberías preocuparte por eso —añadió con un tono burlón.

La sacerdotisa sintió que el suelo se deslizaba bajo sus pies. Su voz, al preguntar, fue un susurro quebrado:

—¿Quiénes sois?

—Somos tú —respondió la ciega, con una serenidad perturbadora.

Elvi se obligó a mantener la compostura. Miró de reojo a sus compañeros. Todos la observaban, desconcertados, excepto Dipree, cuya expresión indicaba que entendía demasiado bien lo que estaba ocurriendo.

—Me queda claro que el anillo es peligroso —afirmó Elvi, intentando retomar el control.

La ciega asintió con solemnidad.

—Puedes continuar por este camino y terminar como yo.

La figura noble se inclinó hacia ella, con una sonrisa amarga.

—O puedes dejar todo esto atrás. Buscar un futuro lejos de esta ciudad maldita.


Elvi cerró los ojos, inhalando profundamente. Cuando habló, su voz era firme.

—¿Irme ahora? Después de tanto sacrificio, no puedo hacerlo.

La noble chasqueó la lengua, prácticamente escupió las palabras.

—El sacrificio no sirve de nada. El Ministerio es una farsa. Nunca cambiará esta ciudad.

Elvi alzó la mirada, encendida por la rabia.

—Me niego a aceptar eso. Ya he recibido vuestra advertencia. Podéis marcharos en paz.

Mientras los efectos de la droga se desvanecían, los colores se apagaron y las figuras se difuminaron. Solo quedó el anillo, con su ojo esmeralda brillando, mientras los observaba de forma malévola.

Espero que os guste nuestra campaña,

Un saludo a tod@s

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